MEMORIAS DEL GENERAL

BASILIO AUGUSTIN DÁVILA

Filipinas

pacto de Biac-na-bato

 

batalla naval

BATALLA DE CAVITE

 

NARRADA POR PATRICIO MONTOJO

 

(membrete)
COMANDANCIA GENERAL DEL Apostaderos y Escuadra de Filipinas = ESTADO MAYOR
EXCELENTÍSIMO SEÑOR:

Para los fines que V.E.estime convenientes tengo el honor de acompañarle una copia textual del despacho telegráfico que en 1º del actual dirigí al Excmo. Sr. Ministro de Marina dándole cuenta de los preliminares incidentes y resultado del combate naval de Cavite empeñado contra fuerzas muy superiores de la Escuadra Americana y en el cual quedó desgraciadamente destruida la nuestra

Debo añadir para aclaración del telegrama que este lo he pedido a la Administración general de Comunicaciones para tener completa seguridad de lo transmitido.

También debo manifestar a V.E.que no he tenido ninguna intervención directa en las transacciones que han tenido lugar con el Comodoro de la Escuadra Americana ni firmado documento de ninguna especie

Desembarcado del Crucero “Isla de Cuba” muy molesto con una herida contusa recibida en la pierna izquierda, me trasladé en último extremo con el Jefe de E.M. un Oficial y mis ayudantes al Convento de Santo Domingo donde fui asistido. Desde allí redacté el telegrama ya citado al Excmo. Sr. Ministro de Marina y contesté al Contador de Navío de 1ª Clase Sr. Orejas a la que no veía inconveniente en que se quemaran los buques ya echados a pique de mi orden para que no pudieran apresarlos los enemigos puesto que no teníamos medios para oponernos a lo que quisieran hacer con ellos los buques se habían refugiado en el fondo de la ensenada de Bacoor echaron sus buques a pique en último extremo teniendo cuidado de salvar los aparatos de cierre de los cañones e inutilizar los códigos de señales todo lo que se ejecutó según mi orden.

El General Gobernador de Cavite fue a visitarme al convento con varios Jefes y Oficiales y a mi presencia redacto el telegrama que dirijo a V.E.
Sobre lo ocurrido al cual preste mi completa aquiescencia como lo consigno.

Dicho General me proporcionó carruajes y escolta para trasladarme a esta Capital pues desechaba conferenciar con V.E. aquella misma noche lo que no pude llevar a efecto ni entonces ni al día siguiente por haberse irritado mi herida teniendo que guardar cama bajo la acción de un fuerte acceso de fiebre.
Todo lo que tengo el honor de expresar a V.E. para su debido y superior conocimiento.
Dios guarde a V.E. muchos años


Manila 9 de mayo de 1898
Excmo. Sr. Patricio Montojo
(firmado)

 

Al pie: Excmo. Sr. Gobernador y Capitán General de Filipinas

 

 

(membrete) COMANDANCIA GENERAL DEL APOSTADERO Y ESCUADRA DE FILIPINAS
ESTADO MAYOR
ECELENTISIMO SEÑOR.

Salí para el puerto de Subic a las 11 de la noche del 25 de abril último con la Escuadra compuesta de los buques que se mencionan en el oficio que tuve el honor de dirigir a V.E. en aquella fecha.

En la mañana siguiente ya en el puerto de Olongapó conferencié con el Capitán de Navío Sr. D. Julio del Rio el cual si bien no me tranquilizó respecto al estado de las obras de defensa, me dio a entender que en breve quedarían terminadas


El crucero “castilla” hacía mucha agua y se tuvo trabajando aquel día y su noche para remediar la avería consiguiendo al fin quedase casi estanco pero imposibilitado por completo de utilizar su maquina teniendo que ser remolcado por el crucero “Don Juan de Austria” para colocarlo al N.O. y a continuación de la Isla Grande con objeto de cooperar a la defensa de la boca del puerto.

Con sumo disgusto me enteré entonces de que los cuatro cañones que debían montarse en la isla aun tardarían mes y medio en estar emplazados, lo que me sorprendió pues que las baterías provisionales que la Marina instaló venciendo no pocas dificultades en la entrada de la bahía de Manila habían quedado listas para hacer fuego a los 24 días de comenzados los trabajos. También supe con no menos disgusto que de los 14 torpedos matihieson disponibles solo había colocados 5 y además se confiaba poco en su eficacia.

Estas noticias me hicieron variar mucho en mi idea de esperar en Subic al enemigo porque no defendida la entrada por torpedos ni por las baterías de la isla tenía necesariamente que aguantar la Escuadra el ataque de la Americana con sus escasísimos medios de acción en 40 metros de fondo y por tanto en la casi seguridad de que no sólo fuera destruida nuestra Escuadra toda sino que también no se salvarían sus tripulantes. Aun me quedaba la esperanza de que los Americanos no fueran a Subic y nos dieran tiempo para prepararnos mejor en lo posible pero el telegrama que recibí del Cónsul de España en Hong-Kong me hizo comprender que el enemigo sabía perfectamente se hallaba mi Escuadra y conocía lo indefenso que estaba el puerto de Subic.

El telegrama decía así:
Escuadra enemiga salió a las 2 de la tarde de bahía Mins (n.e. de Hong-Kong) se dirige a Subic para destruir nuestra Escuadra y luego ira a Manila”.

Era el 29 de abril
Convoqué Junta de Comandantes y todos a excepción del Capitán de Navío Sr. Del Rio fueron de parecer que la situación era insostenible y que debíamos trasladarnos a la bahía de Manila para aceptar allí el combate en las menos malas condiciones posibles procurando de colocar los buques  en poco agua a fin de vararlos en caso necesario y salvar las vidas en ultimo extremo.

Se discutió cual sería el paraje más conveniente para situación de la Escuadra dentro de la bahía de Manila abrazando tres extremos a saber:

1º Que la Escuadra se aguantara sobre el corregidor apoyando las baterías de Marina, desechado por análogas razones a las que se tuvieron en cuenta para Subic. La boca chica tiene mucha mas amplitud que la entrada de Subic; las baterías solo podrían detener pocos minutos a los buques Americanos. Los torpedos colocados en la boca grande eran pocos e ineficaces y por último el mucho fondo de aquellos parajes ponía en gran peligro a la escuadra

2º Que nuestros buques se fondearan cerca de la Ciudad. Desechada igualmente porque lejos de defender Manila promovería en el enemigo el deseo de bombardear la Plaza al paso que destruir la Escuadra.

Y 3º que nos situáramos en el seno de Cañacao en la menos agua posible para varar si fuera preciso combinando nuestros fuegos con los de las baterías de tierra, la de la Punta Sangley y del “Ulloa” que estaba acoderado cerca del varadero. Esta fue la solución aceptada por unanimidad.

Inmediatamente tomé las disposiciones necesarias para la marcha. Al Jefe de la comisión de la Marina en Olongapó le di orden de desalojar la Isla grande concentrando sus fuerzas cerca del Arsenal en un lugar estratégico teniendo todo dispuesto para quemar el carbón del Depósito, llevando consigo los víveres y cuanto pudiera salvar de la rapacidad del enemigo

Despaché para Manila el Crucero “Don Juan de Austria” a fin de que reuniera todas las chalanas que pudiera llenas de arena para que sirvieran de defensa al Crucero “Castilla” y al “Cristina” sobre todo al primero en su línea de flotación contra las granadas y torpedos del enemigo.

Mucho trabajo costó poner en movimiento al “Castilla” y hasta las 10 de la mañana del 29 no fue posible encargándose el transporte “Manila” de tomarlo a remolque. A las 10,30 dejé Subic con los Cruceros “Cristina” “Cuba” y “Luzón”  Aviso “Marqués del Duero” y Crucero “Castilla” remolcado por el “Manila”.

A las 4,45 fondeé con el “Cristina” en el seno de Cañacao en 8 metros de agua en la línea que se dirige desde la Punta Sangley a la batería de Guadalupe quedando el buque acoderado con el costado de babor frente a Manila.

Sucesivamente fueron llegando los demás buques ya media noche el “castilla” con el “Manila”.

En la mañana del 30 quedó la Escuadra situada de la manera siguiente:
Entre el “cristina” y la Punta Sangley el “Castilla” acoderado como el primero; por dentro de ambos el Crucero “Don Juan de Austria” y en línea con el “Ulloa” por la amura y aleta de babor del “Cristina” respectivamente el “Isla de Luzón” y el “Isla de Cuba” y por la proa hacia Cavite el Aviso “Marques del Duero” mientras que el “Manila” fue a reunirse al fondo de la ensenada de Bacoor con el “Velasco” el “Lezo “ y el Cañonero “Mindanao” que se hallaban en reparaciones.

El día 30 a las 7 de la tarde recibí noticia telegráfica de Olongapó anunciando que la Escuadra enemiga había entrado en el puerto a las 3 reconociéndolo sin duda buscando a nuestros buques y que salía para Manila. Llegó a la bahía el Vapor Correo Isla de Mindanao a cuyo Capitán aconsejé se fuera a Singapur enseguida pues el enemigo no podía estar en la boca antes de la media noche probablemente. Como no tenía autorización de la Trasatlántica no se atrevió y entonces le dije fuera a fondearse en poco agua lo mas cerca posible de bacoor.

A media noche se oía fuego de cañón hacia el Corregidor y a las 2 de la madrugada del 1º de mayo recibí aviso telegráfico de los buques Americanos dirigiendo sus proyectores a las baterías de la entrada habían cambiado con estas varios disparos. Avisé al Comandante General del Arsenal y al General Gobernador de la Plaza de Cavite para que se preparasen y mandé cargar la artillería y que todos los Oficiales, marineros y soldados estuvieran en sus puestos de combate listos para cuando se vieran los buques enemigos.

Desde la tarde del 30 de abril nuestra Escuadra se hallaba a la defensiva ocupando la ensenada formada entre el Fuerte de Guadalupe y el de Punta Sangley, el Crucero “Austria” cerca de este fuerte dominando por encima de la lengüeta de tierra que ocupa desde el varadero de Cañacao hasta la punta y con un sector de fuegos hasta Malate apoyando por el “Ulloa” que en carena se le dejaron montados los dos cañones de los reductos de estribor y acoderado con su costado al N. en el centro del a ensenada el Crucero “Castilla” el que por hacer agua se hallaba imposibilitado de mover sus máquinas acoderado con su costado de babor al N. y fondeado en 8 metros y medio de agua.

El “Cristina” buque insignia por la proa del “Castilla” dispuesto a ponerse en movimiento apoyado por los Cruceros “Cuba” y “Luzón” y en línea interior el Aviso “Marques del Duero” por la amura de estribor del “Cristina”.


Fuera de esta línea y como a 400 metros de distancia se colocó una línea de gánguiles y grandes lanchones llenos de arena con objeto de entorpecer los movimientos de la Escuadra enemiga y tratase de acercarse sobre los que estaban sin movimiento.


A todos los buques se les había echado fuera todas las vergas masteleros y maderas de respeto con objeto de evitar en parte incendios y astillados. Los fuegos se hallaban retirados para tener vapor en una hora  y las anclas y cadenas abalizadas para largarlas de momento.


A las 2 de la madrugada del 1º de mayo se recibieron dos telegramas de Mariveles anunciando que la Escuadra enemiga había forzado del paso de la boca sosteniendo fuego con aquellas baterías. A esta hora se mandó avivar los fuegos y cargar la artillería a sus sirvientes que estaban descansando en sus puestos de combate.  

A las 4 se hizo la señal de zafarrancho de combate ejecutándose inmediatamente en todos los buques.

A las 4,45 señaló el “Austria” a la Escuadra enemiga y  pedía permiso para romper el fuego a lo que contesté lo hiciera cuando lo considerase conveniente. Pocos minutos después se avistó desde a bordo la Escuadra algo confusa formado una línea de fila paralela a la nuestra y como a 6.000 metros de distancia formando a la cabeza el buque insignia “Olimpia” y siguiendo el “Baltimore” y “Raleigh” continuando la línea el “Boston” (al parecer cabeza de la 2º División) el” Cóndor” “Helene Pretel” y “Maculloch” quedando fuera de línea dos transportes, el Zafiro y el Narhsan

A las 5 rompió el fuego la batería de Punta Sangley cuyos dos primeros tiros resultaron cortos y a la izquierda de la dirección del buque cabeza. La Escuadra en este momento formó un a línea de frente para acercarse quedando en la demarcación de N.E.-S.O. la batería de Punta Sangley sólo tenia montados dos cañones de 15 ctm. Ordoñez de los cuales sólo uno tenia fuegos en dirección a la Escuadra enemiga. Pocos momentos después rompió fuego una de las baterías de Manila.

A las 5,15 previa señal lo hizo nuestra Escuadra empezando el buque de la insignia, contestando inmediatamente el Olimpia y generalizándose desde este instante el combate. El fuego del enemigo se hizo rapidísimo viéndonos rodeados de un sin numero de proyectiles pues los tres Cruceros que formaban la cabeza de la línea deparaban sobre el  Cristina”.

Al poco tiempo de empezar el fuego una granada del enemigo reventó en el “Castilla” dejando fura de combate todos los sirvientes de los  cañones de tiro rápido haciendo astillazos el palo trinquete con los cuales fueron heridos los timoneles que gobernaban en el puente por lo que tuvo que tomar la rueda el Oficial de E.M. Teniente de Navío D. José Núñez quien con una serenidad digna del mayor elogio siguió gobernando hasta finalizar el combate.

Entre tanto otra granada estalló en el sollado prendiendo fuego a los maleteros de la marinería que por fortuna se consiguió dominar. El enemigo disminuyó sus distancias hacia nosotros y afinando sus punterías nos disparaba una lluvia de proyectiles de tiro rápido. Sobre las 7,30 una granada destrozó por completo el servo-motor; mandé engranar la rueda de mano quedando sin gobierno en este intervalo que se hizo largo por explotar otra granada a popa que dejó fuera de combate nueve hombres. Otra destrozó el Calces y el pico del palo mesana, arrastrando la bandera y mi insignia que se sustituyeron inmediatamente. Nueva granada que explotó en la Cámara de Oficiales convertida en hospital de sangre destrozo los heridos que allí se encontraban y otra que estalló en el pañol de municiones y artificios de popa inundando de humo las Cámaras impidió engrasar la rueda de mano del timón.

Siendo imposible dominar el incendio hubo que inundar el citado pañol cuando ya empezaba a explotar la cartuchería. En el centro varias granadas de pequeño calibre atravesaban las chimeneas y una delas de grueso forzando los guarda calores cerca del fogón dejó fuera de combate a un Condestable y 12 hombres sirvientes de la artillería. Otra inutilizaba el cañón de proa de estribor mientras el fuego de popa aumentaba amenazando abrasar todo el Alcázar del buque tomando de nuevo incrementó el de proa por otra granada que atravesó el costado reventando en el sollado.


Los cañones sin avería continuaban el fuego y un solo cabo de cañón con un cabo de marinería que quedaban útiles iban disparando los que les dejaban cargados la marinería de maniobras que sustituyó a la de artillería repetidas veces.


Estando el buque sin gobierno fuera de combate la mitad de su dotación contándose entre ellos el capellán, el contador los dos médicos, un Teniente de Navío, dos Alféreces de Navío, es decir la mayoría delos Oficiales, di orden de abandonar el buque echándolo a pique inmediatamente antes de que ocurriese la explosión de los pañoles de pólvora y granadas de proa y popa pues sólo tenía seguridad estuviera inundado el último haciendo señales al mismo tiempo al “Cuba” y al “Luzón” para que acudieran a nuestro auxilio.

Abandoné el “Cristina” con mi E.M. con profunda pena y arbolé mi insignia en el Crucero “Isla de Cuba” que apenas tenía averías. Se procedió a la mayor brevedad por los botes del cuba, Luzón, Duero y lanchas que acudieron del Arsenal a recoger la gente del Cristina y del castilla y en particular a los heridos trasladándolos al Arsenal. Poco después de empezar el abandono del buque cuando ya muchos se habían salvado una granada destrozó al Comandante del Crucero “Cristina” Capitán de Navío Sr. D. Luis Cadarso que se hallaba dirigiendo el salvamento, al primer Condestable y al primer Contramaestre e hiriendo a varios marineros y soldados.


Pocos minutos después se fue a pique el crucero Cristina haciendo explosión e incendiándose completamente. El “Ulloa” que también se defendió con mucho tesón quedando fuera de combate y más de la mitad de su reducida dotación que sólo era la indispensable para el servicio de las dos únicas piezas que podían disparar se unció lleno de agua por los rumbos que le habían abierto en su dotación los proyectiles enemigos.

El “Castilla” se batió heroicamente. A medio combate se le inutilizó el cañón de proa de 15 cts. Por haber reventado una granada en el reducto del mismo. Poco después quedaba también inutilizado el de 12 cts. De la misma banda y desde entonces sólo hacia fuego con el cañón del reducto de popa. Acribillado el buque por los proyectiles enemigos e incendiado prontamente fue abandonado por su tripulación con el mayor orden dirigiendo la operación el Capitán de Fragata D. Alonso Morgado.

El “Austria” con muchas averías y bastantes bajas y con las carboneras incendiadas acudió en auxilio del “Castilla”.
El “Luzón” tenía tres cañones desmontados y pequeñas averías en el casco
El “Duero” inutilizada una delas máquinas, el cañón de proa del 12 cts. Y uno de los reductos.

A las 8 habiendo cesado el fuego de la Escuadra enemiga ordené a los buques que quedaban se refugiaran en el fondo de la ensenada de bacoor y resistieran allí hasta el último extremo no abandonándolos hasta que no fuera posible la defensa en cuyo caso después de echarlos a pique debían quitar y llevarse los aparatos de cierre de los cañones, las señales reservadas de reconocimientos, los caudales de los buques, el armamento portátil e inutilizando los Códigos de señales. Todo se ejecutó según mi orden como se expresa en mi oficio fecha 9 del actual al trasladar a V.E. el despacho telegráfico que dirigí al Excmo. Sr. Ministro de Marina en primero de este mes dándole breve cuenta del combate.

Por separado va la relación delas bajas por muertos y heridos que ha sufrido la Escuadra en ele citado combate desgraciado para nuestras armas y se acompaña también nota de las habidas en el Arsenal de Cavite durante el combate y bombardeo subsiguiente cuyas noticias por no ser posible obtenerlas exactas a su debido tiempo me han hecho retardar este parte oficial.
Dios guarde a V.E. muchos años


Manila 14 de mayo de 1898
Excmo. Sr. Patricio Montojo
(rubricado)


Al pie Excmo. Sr. Gobernador y capitán General de Filipinas

 

 

(membrete) COMANDANCIA GENERAL DEL APOSTADERO Y ESCUADRA DE FILIPINAS
ESTADO MAYOR

Excmo. Sr.


El Señor Comandante General del Arsenal de Cavite en oficio fecha 4 del actual me dice lo siguiente:


Excmo. E Ilmo. Sr.
A las 2,30 dela madrugada del 1º del actual subí a la torre vigía de la Comandancia General del Arsenal y me manifestó el de guardia que hacia rato estaba viendo aparecer algunas luces en bahía por la parte del Corregidor. Dirigido por el que suscribe el anteojo hacia el lugar señalado tuvo la evidencia de su exactitud.

Posteriormente recibí noticias tanto del Sr. Gobernador de la Plaza cuanto de V.E.I. referentes a que había entrado por el Corregidor la Escuadra Americana debiendo tener en consecuencia todo listo para batirla con los escasísimos medios de defensa con que contábamos.


Eran estos los siguientes:

Cañon Krupp                        avancarga


Un cañón de 17 cts. R.P,. avancarga que se acababa de montar aquella tarde en Guadalupe en la explanada de la Machina; 2 R.P. de 17 cts. Avancarga batiendo desde Bacoor a Cavite Viejo; un Krupp de 8 cts. en explanada de bote y por ultimo 2 rayados de bronce de 8 cts. Defendiendo las puertas del Arsenal.


Para el servicio de estas piezas y fusilería contaba con 40 Guardias de Arsenales y otros 40 entre ordenanzas y asistentes de marinería.


Es preciso tener en cuenta que tanto el personal como el material del establecimiento y buques en carena incluso el “Ulloa” se había utilizado para montar y dotar las baterías provisionales instaladas en Corregidor


En tal situación y ocupando cada uno su puesto sobrevino la amanecida dándonos a conocer que la Escuadra enemiga compuesta de 8 buques y 2 transportes navegaba sobre la ensenada de la Pampanga en línea de combate con el Almirante a la cabeza.


Las fuerzas de V.E.I. fondeadas sobre la ensenada de Cañacao a la menor distancia del Arsenal ocupando el centro los cruceros “Cristina” y “Castilla”, sobre Punta Sangley los cruceros “Austria” y “Ulloa” y la derecha ocupada por los cruceros “Cuba” y “Luzón” hacia Bacoor quedando el “Marqués del Duero” por amura de Er. De la Capitana.


Continuó avanzando la Escuadra enemiga que metió 8 cuartas a estribor quedando en línea de frente al estar tanto avante con la cola de nuestra línea cuyo movimiento se verificó por seis de los buques quedando tres de ellos separados sobre la ensenada de la pampanga


Siguió la Escuadra enemiga avanzando sobre la nuestra hasta que llegado el alcance de artillería y roto el fuego por la batería Sangley Escuadra enemiga, lo hizo la nuestra estableciéndose el combate en movimientos de marcha y contramarcha aproximándose cada vez mas las fuerzas enemigas


A las 8 incendiada nuestra Capitana y su gobierno se vino sobre los almacenes del Arsenal siendo auxiliada por los buques de nuestra Escuadra lanchas y botes del Arsenal cesando en este momento el fuego del enemigo que se retiró al centro de la bahía para reponerse de municiones.


Ardiendo los dos cruceros “Cristina” y “Castilla” a pique el “Ulloa” con averías en la flotación los cruceros “Austria” y “Cuba” y con averías de mas o menos consideración los otros buques de la escuadra; arbolada insignia en el Crucero “Isla de Cuba” se internó con el resto de la Escuadra en el fondeadero del Arsenal.


A las 11,45 se presentó de nuevo la Escuadra enemiga y  rompió el fuego sobre el arsenal y los buques sin poderla contestar por no haber artillería para verificarlo y estrechando cada vez mas las distancias hasta colocarse uno de los buques a mil metros de la Machina, otro por fuera de almacenes y otro por fuera de Punta Sangley estuvo disparando a mansalva incendiando y destruyendo cuanto existía en el Establecimiento, causando gran número de bajas teniendo que hacer sobre humanos esfuerzos para tender a la gente y acudir al socorro del crecido numero de heridos que sin cesar caían bajo la sabana de hierro que cubría el arsenal.


En tan aflictivas circunstancias dispuse izar la bandera de parlamento, serían las 2,30 de la tarde, bajando un Oficial Americano al cual pregunté cuales eran los deseos de su Almirante visto llevaban 2 horas largas de fuego cañoneándonos sin poderles contestar a lo que manifestó que el Almirante le enviaba para inutilizar los buques con la orden terminante que si no lo efectuábamos no se retirarían hasta quedar todo arrasado.


Contesté deseaba un plazo para que resolviera el Almirante y conseguido éste y consultado con V.E.I. cuya resolución fue que podían quemarlos firmando un documento en justificación, lo expuse así a los Oficiales Americanos que se negaron diciendo les era vedado firmar debiendo entendernos con el Almirante Americano.
A continuación marcharon a verificar la quema de los buques ya a pique por orden de V.E.I. anterior


A las 6 puse comunicación al Almirante Americano en la que le pedía me manifestara se habían quemado nuestros buques como único deseo suyo al bombardear el Arsenal


A dicha comunicación me contestó verbalmente con el Oficial que la condujo que su Jefe de Estado Mayor vendría a conferenciar conmigo
A las 9,30 de la mañana del siguiente día f2 se presentó en el Arsenal el Jefe de E.M. Americano exponiendo de Orden de su Almirante que se abandonara el Establecimiento y Plaza de Cavite antes de las 12 de aquel día dando todos los Jefes y Oficiales su palabra de honor de no hacer armas contra los EE.UU. durante la guerra debiendo salir las fuerzas existentes sin armas ni municiones y dejando el Arsenal con cuanto en el existía.


Contesté no podía darles contestación en vista de no querer dar plazo mas largo a fin de consultar si era posible al Almirante pudiendo retirarse y si a las 12 izaba la Bandera Española en la Machina podían romper el fuego o lo que mejor les pareciese en la firme inteligencia de que la palabra de honor pedida podía tener seguro que ningún Jefe ni Oficial la empeñaría en el sentido que se exigía.


Al retirarse los Jefes Americanos reuní a todos los Jefes y Oficiales que existían en la Comandancia General y dado conocimiento de los deseos del Almirante Americano expuse mi negativa a todo ello de unánime conformidad con los presentes a los cuales manifesté mis deseos de preparar todo para quemar el Establecimiento recogiendo armas y municiones posibles para la fuerza existente. En conferencia que posteriormente celebré con el Sr. Gobernador de la Plaza a quien expuse las pretensiones del Almirante Americano, se acordó no aceptarlas y que fueran a parlamentar el Sr. Coronel Pazos por el Ejército y el Sr. Capitán de Fragata D. Juan de la Concha con el fin de recabar mejores condiciones


Visto lo imposible que se hacia la defensa del Arsenal y la Plaza si artillería alguna y estar metidos en un círculo de fuego por las posiciones tomadas por los buques enemigos.


En este sentido se telegrafió en aquel momento al Exmo. Sr. Capitán General y a V.E.I. contestando la primera Autoridad se reunía en Consejo de Guerra de Oficiales Generales para decidir sobre las exigencias del Almirante Americano siendo en aquel momento las 12,15.


No existiendo medios de comunicación no pudo participarse así al Almirante Americano como eran los deseos de la Primer Autoridad del Archipiélago. Entonces se encontraba parlamentando la Comisión ya citada y quedó todo en espera de su regreso si bien tomándose algunas medidas en consonancia con los acontecimientos hasta la 1,30 que regresó la Comisión exponiendo que desde luego podíamos retirarnos antes delas 5 dela tarde pudiendo salir la fuerza armada con municiones armamento y equipo obligándose por su parte a respetar la propiedad particular y el Convenio de ginebra sobre la Cruz Roja para heridos enfermos hospitales y cuanto a ello concierne.


Desde este momento y después de romper todo lo reservado existente en la Comandancia General, tanto de ella como de los buques que la habían depositado se empezó a preparar la fuerza armada a cuya cabeza me coloqué abandonando el Arsenal en el que quedó para hacer su entrega el capitán de Fragata Ayudante Mayor Sr. D. Rafael P. de Bonanza acompañado del de mismo empleo Sr. D. José Sidrach los que verificada la entrega se reincorporaron a la fuerza de San Roque.


Se emprendió la marcha a Manila llevando la fuerza dividida en Vanguardia, centro y retaguardia con alguna impedimenta consistente en dos carros cargados de caudales los cuales visto lo imposible que se hacía la marcha por la gran dificultad de arrastre por los arsenales que atravesábamos decidió el Jefe de la fuerza Capitán de Fragata Sr. D. Juan de la Concha depositarlos en la Casa Hacienda de la propiedad del Sr. D. José Iturralde en el término de la Estanzuela participándolo así a su llegada a Novelata a donde me había adelantado para disponer racionamiento a la fuerza que aun no había comido siendo las 7 de la noche.
Una vez en Novelata vista la falta de recursos y recogidos los pocos que existían se continuo la marcha a Cavite Viejo llegando a las 9 sirviendo al poco tiempo el rancho.


A las 3 de la madrugada se volvió a emprender la marcha hacia Imus a donde llegamos a las 6de la mañana suministrando otro rancho y descanso hasta las 2, 30 de la tarde hora en que se continuó la marcha a las Piñas y Parañaque llegando a éste último a las 6 de la tarde. Después de comer y descansar hasta las 3 de la mañana se continuó a Manila a donde llegamos a las 6


Salió a nuestro encuentro un Oficial que en nombre del Excmo. Sr. Capitán General ordenó se alojase la fuerza en los barracones de Malate lo que verificado inmediatamente me traslade acompañado de todos los Sres. Jefes y Oficiales que no tenían mando directo sobre ella a efectuar la presentación a V.E.I.


No podrá ocultarse al alto criterio de V.E.I. las grandes dificultades con que se tropezó en la marcha hasta Manila teniendo en cuenta que gran parte de la fuerza que constituía el convoy eran tripulantes de los buques dela Escuadra tan castigados y quebrantados durante el combate. Faltos de ropa y calzado y el poco hábito del hombre del mar para estas marchas, máxime siendo dudoso el patriotismo de los naturales de los pueblos que atravesábamos.


Con la satisfacción completa y orgulloso de poder así expresarlo tengo el honor de manifestar a V.E.I. que cuantos Sres. Jefes y Oficiales Clases e individuos de Marinería y Tropa como también la Maestranza del Arsenal de mimando se han excedido en el cumplimiento de sus deberes desvelándose por llevar a cabo cuantas órdenes y comisiones se les daba pertinentes a las circunstancias que atravesábamos sin ser esto óbice para hacer especialísima recomendación del Comisario del Arsenal D. Camilo de la Cuadra y personal a sus órdenes:


= Capitán de Artillería D. Manuel Linares encargado del Laboratorio de mixtos donde se montó una pieza de 12 cts. G.H. provisionalmente la que quedó desmontada e inutilizada al segundo disparo y tanto el como sus sirvientes tendidos en tierra soportaron el combate en disposición de reprimir un desembarco por aquel sitio.
= Teniente de Navío D. Rafael Darraga encargado de la pieza de Guadalupe e inutilizada desde el principio del combate.
= Primero y segundo Contramaestre de Arenales D. Andrés Fernández y D. José Méndez
= Del Condestable del Parque D. Alejandro Rivera
= Capitán y subalternos de Guardias de Arsenales Maestros Mayores y personal de Oficinas sobresaliendo el escribiente E. Montalvo.
= Se destacó a gran altura sobre todos la figura del Ayudante Mayor Capitán de Fragata Sr. D. Rafael P. de Bonanza el cual se encontraba en los sitios de mayor peligro dando ejemplo de la mayor abnegación y despecho de su vida arengando en los supremos momentos a la gente para recoger los heridos en medio del nutrido fuego del enemigo que en más de una ocasión nublo el cielo del Arsenal por lo espeso de los proyectiles de tiro rápido
Lo que tengo el honor de trasladar a V.E. para su conocimiento
Dios guarde a V.E. muchos años


Manila 13 de mayo de 1898
Excmo. Sr. Patricio Montojo


Rubricado


(al pie:Excmo. Sr. Gobernador y Capitán General de estas Islas)

 

semanario novedades carta al director galeria lugares

subir

Diseño|ABSweb